Continuación...
6. Papantla – Veracruz
Heredero de la cultura totonaca, este pueblo mágico en el
golfo de Veracruz te causará una buena impresión desde el principio: ¿cómo no
dejarse seducir por un lugar en el que todos los rincones huelen a vainilla?
Confirma su belleza visitando la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, de
arquitectura franciscana, o el mural escultórico a la cultura totonaca, que
describe la historia de Papantla desde los tiempos prehispánicos hasta la
actualidad y se encuentra justo en el centro de la ciudad.
Papantla también se caracteriza por ser el lugar de losvoladores, los 5 hombres que se lanzan al vacío sujetados solo por una cuerda
en un pie y que bailan en el aire dando 13 vueltas. Representan “El Juego del
Volador”, icono de la población y una antigua tradición mexicana en la que se
pide a los dioses por la bonanza durante el año siguiente. Verlo in situ es
algo espectacular. Y por cierto, a tan solo 9 kilómetros de Papantla está la
zona arqueológica El Tajín, declarada Patrimonio de la Humanidad y una de las
más importantes de Mesoamérica. Imperdible.
7. Dolores Hidalgo – Guanajuato
Fue precisamente en este pueblo mágico de Guanajuato donde
comenzó la nueva historia de México: considerado como “la cuna de la
independencia”, aquí ocurrió el Grito de Dolores, la llamada a las armas para
derrocar el virreinato. Así que interesados en la historia, Dolores Hidalgo los
recibirá con los libros abiertos.
Para conocer nuestro pasado: la Parroquia Nuestra Señora de los Dolores, el Museo Nacional de la Independencia y la Casa de Visitas, una maravillosa casona señorial del siglo XVIII. Si tienes alma de coleccionista, el Museo del Bicentenario te ofrece más de 800 piezas curiosas, como timbres, medallas, fotos e un incluso un fonógrafo con la voz de Porfirio Díaz.
8. Tepoztlán – Morelos
Dentro de los pueblos mágicos cerca del DF, Tepoztlán es uno de los más singulares. Ostenta un monumento al pulque, se dice que fue la cuna de Quetzalcoatl y, además, los lugareños afirman que desde el Cerro de Tepozteco se pueden avistar ovnis. Y esto no se queda ahí: puedes limpiar tus energías hospedándote en un hotel que ofrece un temazcal entre sus servicios. ¿Cuándo nos vemos por ahí?
Además de conocer el Museo Carlos Pellicer y su colección de
piezas arqueológicas, reserva un día para caminar por el tianguis artesanal. Allí
podrás encontrar joyas, ropa, semillas o instrumentos musicales originales: no
tendrás excusa para irte sin un souvenir. En el mercado de Tepoztlán, un
clásico, puedes probar su deliciosa gastronomía. Los tacos de cecina, pancita y
pozole o los itacates, una especie de gorditas con forma de triángulo, son una
delicia.
9. Huasca de Ocampo – Hidalgo
Huasca de Ocampo es uno de los pueblos mágicos de Hidalgo
que te hará viajar en el tiempo. Visita la hacienda de Santa María Regla y
admira su acueducto y explora su mazmorra. O pasea por los jardines de la
hacienda de San Juan Hueyapan, para seguir hasta la Iglesia de San Juan
Bautista y perderte en sus cuadros.
Si te gustan las obras de arte naturales, en Huasca de
Ocampo te sorprenderás: alberga los Prismas Basálticos. Estas impresionantes
columnas bañadas por la presa de San Antonio son una de las 13 maravillas de
México. Sigue tu exploración natural por el Parque Ecoturístico Bosque de Las
Truchas con un paseo en lancha o a caballo. Y si te gustaría sumergirte en la
magia, visita el Museo de los Duendes. Podrás descubrir talismanes y otros
objetos que certifican la leyenda de que en Huasca habitan unos cuantos de
estos seres míticos.
10. Bernal – Querétaro
Se dice que la Peña de Bernal, el tercer monolito más grande
del mundo, provee a los pobladores de Bernal de energía vital. Así, son muchos
los que durante el equinoccio de primavera se acercan a este pueblo mágico en
Querétaro a cargarse de buenas vibras. ¿Cómo perderse este baño energético?
Compruébalo tú mismo y, si te animas, asciende en cuatrimoto a la cima. La
vista también es revitalizante.
Además, este pueblo mágico cerca del DF es perfecto para
darse el gusto de tomar una buena copa de vino mexicano. Visita los Viñedos
Azteca y súmale una degustación con diferentes tipos de queso. Y si te quedas
con ganas de algo dulce, prueba una, o algunas, de sus famosas obleas y
natillas. Y los golosos podrán extenderse en la Casa Museo del Dulce. Aprende
todo sobre su fabricación artesanal y llévate un dulce para compartir de vuelta
en casa. Si no se terminan por el camino, por supuesto.
Comentarios
Publicar un comentario