La piel es mucho más que la capa que recubre todo nuestro cuerpo: es un órgano -el más grande del ser humano- encargado principalmente de protegernos de todos los agentes externos que puedan resultarnos dañinos, como los elementos químicos, radiaciones, infecciones, etc.
Además de esta importante función protectora, la piel regula la temperatura corporal y la pérdida de agua, permite la síntesis de la vitamina D y nos aporta el sentido del tacto.
Si bien la protección de la piel es algo que debe realizarse durante todo el año, en verano es sumamente importante adoptar ciertos cuidados para protegerse de la radiación y las altas temperaturas, ¿Cómo hacerlo?
El protector solar es un elemento fundamental para el cuidado de la piel durante todo el año y especialmente en esta época.
Utilizar protector solar protege la piel de los rayos ultravioleta o rayos UV, disminuyendo el riesgo de padecer cáncer de piel, retrasando el envejecimiento de la piel y previniendo las manchas y quemaduras; por lo que todas las personas, sin importar el color ni el tipo de piel, deberían aplicárselo diariamente.
Se recomienda que el bloqueador se utilice siempre en las partes del cuerpo que suelen estar más expuestas a la luz del día, pero principalmente en los lugares en donde la piel es más delicada, como son: la cara, el cuello, el pecho y las manos. Aunque se utilice gorra, lentes o sombrilla.
- Beber abundante agua durante el día, para evitar una deshidratación leve, lo que perjudicaría la calidad de nuestra piel.
- Evitar tomar sol de forma directa entre las horas de mayor radiación. Esto puede variar entre las 12:00 y las 15:00 horas.
- Si debe salir en ese horario es recomendable utilizar sombrero, ropa fresca de mangas idealmente largas y utilizar factor protector solar.
Comentarios
Publicar un comentario